Inspirar y enseñar utilizando la robótica

Wilmar Lee es una fanática de la robótica y está transmitiendo su pasión contagiosa a los estudiantes de una escuela secundaria en Houston, Texas. Wilmar no es de Texas, de hecho, no es estadounidense. Es una ciudadana filipina que está participando en un programa de intercambio de maestros. En casa, al otro lado del mundo, Wilmar enseñó matemáticas, computación y MAPEH (Música, Arte, Educación Física y Salud) por 12 años. También fue una innovadora y propuso el uso de la robótica como una manera de atraer a los estudiantes y promover el estudio de las STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).

El programa de robótica que Wilmar comenzó en Filipinas quedó en 3er lugar entre 100 escuelas participantes, calificando al equipo filipino para participar en la Olimpiada Mundial de Robótica en India en 2017. A través del proyecto de robótica que ella comenzó en la Escuela Secundaria Energized for Excellence Academy en Houston, Wilmar quiere obtener el mismo entusiasmo, participación y resultados.

¿Cómo un maestra de matemáticas de Filipinas acabó enseñando una clase de robótica en una escuela pública subvencionada en Houston? Según relata Wilmar, su viaje comenzó con algo nada menos que increíble. Wilmar es uno de los 13 maestros seleccionados entre 300 solicitantes para venir a los Estados Unidos bajo un programa de intercambio de maestros con visa J1. Cuando su puesto de maestro original en Washington, D.C. fue eliminado, la escuela anfitriona buscó a Alliance Abroad, un patrocinador de intercambio cultural del Departamento de Estado para ayudar a Wilmar a encontrar otra oportunidad de enseñanza en los EE. UU.

“Es una bendición estar aquí, en Houston. Adoro a los estudiantes, a la comunidad y a la escuela”, dice Wilmar con humildad. Wilmar considera a sus colegas filipinos como su familia, lo cual ha hecho que su experiencia sea aún más reconfortante. Agradece a Alliance Abroad por haber encontrado un puesto de enseñanza en Texas. “Alliance Abroad es la razón por la cual estoy aquí y estoy muy agradecida”. Wilmar también agradece el apoyo de la directora de la escuela, Arlene Kho, quien no solo fue muy receptiva a la idea de comenzar un club de robótica, sino que además garantizó que el club recibiera los fondos. El programa voluntario después de la escuela fue tan exitoso, que la escuela tiene planes para ofrecer robótica como una materia electiva y para invertir en más kits de robótica para apoyar el programa.

Además de patrocinar el club de robótica, Wilmar enseña matemáticas en el sexto grado. A pesar de que cuenta con un doctorado en administración educativa, Wilmar confiesa que sus habilidades para la enseñanza de las matemáticas estaban un poco oxidadas. Da crédito a la Directora Kho, también de Filipinas, por ayudarla con cualquier reto relacionado con el plan de estudios. Wilmar elogia a su directora por ser abierta a la innovación y la tecnología, disciplinas que las escuelas estadounidenses necesitan fortalecer. De acuerdo con estudios principales, los estudiantes de los EE. UU. no están siguiendo el mismo ritmo que sus compañeros alrededor del mundo. Datos publicados recientemente de evaluaciones internacionales en matemáticas y ciencias indican que los “estudiantes de los EE. UU. continúan ubicándose en el rango medio de la muestra, y por debajo de muchas otras naciones industrializadas avanzadas”.

“La robótica es una gran manera de enseñar matemáticas, tecnología y ciencias ya que reta a los estudiantes a usar las habilidades de solución de problemas, pensamiento analítico y creativo”, explica Wilmar. Sonríe cuando dice que algunos de los estudiantes están tan emocionados y concentrados en la creación de sus robots, que no quieren abandonar la escuela. Localmente el programa se ha dado a conocer y los estudiantes están solicitando su inscripción en la academia debido al programa innovador en robótica.

Los robots están reemplazando a los trabajos peligrosos, sucios y aburridos. Wilmar considera que los robots son parte del futuro y serán utilizados para tareas peligrosas como desactivar bombas o limpiar ventanas en edificios muy altos; ambos son trabajos extremadamente riesgosos. La robótica también está ayudando de otras maneras, por ejemplo, un sensor robótico en un bastón para caminar que vibra o hace un sonido puede ayudar a las personas mayores con problemas de visión para que estén seguras y eviten colisiones o caídas.

Wilmar tiene grandes aspiraciones para su programa de robótica, y tiene la visión de que ella llevará a sus estudiantes de Houston a la Olimpiada Robótica Mundial algún día. Está muy emocionada por compartir sus habilidades y sueña con que sus estudiantes cambiarán el mundo y ayudarán a su país. Wilmar tiene la esperanza de que sus estudiantes de la escuela secundaria se conviertan en inventores, científicos, ingenieros o emprendedores con conciencia social, que utilicen robots para hacer del mundo un lugar mejor y más seguro.

“Este programa de enseñanza (J-1) ha sido una experiencia sorprendente”, dice ella. Wilmar adora aprender sobre la cultura estadounidense y compartir información sobre su propia cultura con sus estudiantes, colegas, la escuela y la comunidad local. Usa la palabra “bendecida” frecuentemente cuando habla sobre su experiencia cultural y de enseñanza y sobre las personas que han permitido la existencia del programa de robótica y la han apoyado durante su viaje.

Parece estar muy claro que los estudiantes de Wilmar y la escuela son igualmente afortunados de tener a una maestra que encuentra una satisfacción increíble al enriquecer, desafiar y expandir las mentes jóvenes. Wilmar claramente está dejando una huella y está ayudando a los estudiantes de Houston a recorrer el camino de la innovación, el descubrimiento y cambio positivo en el mundo.

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